Mi experiencia durante el Prácticum.

Quisiera compartir con el lector la experiencia que viví durante los dos meses que estuve en el centro educativo. Se quedan cortas las palabras para definir tal experiencia, pero trataré de hacer una síntesis de la misma.

Tras dos años, el poder observar al fin a los niños/as, sus características, hábitos, personalidad, rutinas... pero sobre todo, el poder evidenciar que te prestan atención, te escuchan y les hace ilusión que estés ahí, no encuentro otra palabra para expresarlo: maravilloso.

Tuve la oportunidad de no solamente ver la actividad diaria de los alumnos/as, sino de conocer tanto el centro como el personal de éste. Aunque al principio estuve nervioso, a los pocos días me sentí muy cómodo allí. Recalco que tanto mi tutor asignado como el resto del personal me recibieron con un trato muy cordial. 

A su vez, organicé y llevé a cabo varias clases; con la ayuda tanto de mi tutor del centro como el de la facultad. No es lo mismo estar al frente de una clase que observarla como un alumno más; "estrenarme" para dar una clase, que parecía fácil, es sin duda una labor que conlleva su esfuerzo y preparación. 

En cuanto a los medios y recursos tecnológicos que había en mi clase, pensé que ocuparían un lugar más trascendente, pero quizá por la edad de los niños, quizá por los recursos del centro; no estaba presente la Pizarra Digital Interactiva, solamente el cañón de proyección para proyectar la versión digital del libro de texto. No obstante, y tal y como se precisa en la entrada referida a los trabajos, en la ficha Prácticum TICE, especifico estos detalles.

Por otro lado, evidencié las medidas de seguridad presentes ante la situación actual de pandemia. Los alumnos/as debían desinfectarse las manos al inicio de la jornada; se seguía el modelo de "grupos burbuja"; en todo momento era obligatorio el uso de la mascarilla; y se evitaba el trabajo grupal en la medida de lo posible, primaba el trabajo individualizado para evitar acercamientos entre los niños/as. Por desgracia, así es a día de hoy.

Del mismo modo, pude observar a una alumna ACNEAE en mi clase, cuyo caso diagnosticado era parálisis cerebral y dislexia. Esta alumna disponía de una Asistente Técnica Educativa (ATE) a jornada completa para ayudarla en todo momento, y fue ella quien me habló acerca de las numerosas adaptaciones que precisaba. Es la primera ve que he podido evidenciar a un alumno con estas características y la manera en que éste supera el día a día, con ayuda de dicha ATE, el tutor o el fisioterapeuta del centro, entre otros especialistas.

En definitiva, me ha encantado esta experiencia en su totalidad, y no puedo esperar al año que viene para repetirla. Para cerrar esta entrada, quisiera compartir esta oración de Nelson Mandela que pienso que dicta a la perfección lo que nosotros/as, docentes en formación que ya hemos vivenciado lo que es "estar al frente de una clase", deberíamos buscar.




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